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Lunes 5 Octubre 2015

Nairobi Rodríguez se enteró del curso de cocina que se ofrece en el nuevo centro cultural de Sabana Yegua pero, como dice ella misma, “no sabe las letras”, y temía no ser aceptada. Decidió ir con su hija de acompañante, que está en primero de secundaria, y que ella tomara nota de todas las recetas. Así fue como finalizó el curso de 60 horas de cocina básica para grupos vulnerables, facilitado por INFOTEP, una institución del gobierno dominicano de formación profesional y técnica. Los dos grupos de 25 personas que tomaron el curso están entusiasmados y continuarán con el curso de repostería y postres, de 180 horas. ¡Eso ya son palabras mayores! Se necesitan más ingredientes, utensilios… y tendrán que ver de dónde sacan un dinerito, porque aunque el curso sea gratis, hay que conseguir algunas cosas para después poder deleitar a la familia y amigos en casa. Nairobi se siente muy agradecida por el curso de cocina y se apuntará también al de repostería, pero lo más importante es que una vez más, vuelve a animarse a continuar con sus estudios de primaria. Haber terminado este curso le hace pensar que podría llegar mucho más lejos si supiera escribir y leer bien, así que, aunque trabaje por las mañanas, y por las tardes tenga que atender a sus cinco hijos, se organizará, porque si algo tiene muy claro es que ya no quiere seguir siendo analfabeta.

 


 


Martes 29 Septiembre 2015

Carmen y Ramona, de Galindo Adentro (una comunidad pequeña y de escasos recursos de la provincia de Azua, en la República Dominicana), recibieron cada una un lechón del programa de porcicultura de la parroquia La Sagrada Familia. Hablábamos con ellas del cuidado y mantenimiento del animal, y ellas nos mencionaron que hay un dicho propio de la cultura dominicana que define los cerdos como “la alcancía del pobre”.

Muchas personas del territorio parroquial no tienen un empleo estable que genere ingresos constantes para sus economías familiares. Por tanto, la mayoría de las familias no pueden ahorrar para enfrentar adecuadamente momentos de crisis y escasez. Por lo general, la gente más necesitada de la zona vive al día, ganando su sustento sin poder crear un fondo de previsión para el futuro. Para tratar de dar respuesta a esta situación surgió la idea de iniciar un proyecto porcino, para ayudar a familias como la de Carmen y Ramona con un lechón. Sabemos que para muchas de estas familias les es difícil ahorrar o poner un dinero en una cuenta bancaria para una necesidad futura. También sabemos que cualquier familia de escasos recursos puede tener en el solar de su casa un cerdo que puede alimentar con sobras o deshechos de comida que consiga de los vecinos y de sus propias casas y cultivos.

La familia recibe la inversión base, que son los animales y los crían para luego venderlos, generando unos pequeños ingresos. Así cumplen el dicho dominicano, y los cerdos se convierten en la alcancía del pobre. Y si no tienen una emergencia que les obligue a vender antes de tiempo, y todo va bien, ¡los fondos de la alcancía producen un beneficio que la familia sabe muy bien cómo aprovechar!

 

 

 


Lunes 28 Septiembre 2015
Dolores Puértolas
 

No hay ni el dramatismo ni ciertamente la espectacularidad de las mutaciones mecánicas de los Transformers en las famosas películas que llevan este título, pero no hay duda de que nuestras vidas son una transformación constante: desde que nacemos hasta que morimos se transforma cada célula de nuestro cuerpo, crecemos, engordamos, adelgazamos, envejecemos... y también se transforman nuestro pensamiento, nuestros sentimientos, nuestro actuar, nuestra forma de ver la vida. Lo mismo ocurre con las culturas. Si bien nos esforzamos por preservar todo lo valioso que hay en ellas, lo queramos o no, las culturas se encuentran también en constante transformación. Como ejemplo, un par de pequeñas iniciativas de la Parroquia de Sabana Yegua, en el suroeste de la República Dominicana, donde trabajamos.

La más reciente es la campaña “Creando cultura de la limpieza”, iniciada por la Pastoral Juvenil y que pretende fomentar, a través de repartir cubos de basuras en puntos estratégicos de los pueblos y también de la limpieza de una playa local, la noción de que la basura se tiene que tirar al zafacón. Se trata de que la gente se vaya concienciando hasta que haya una transformación real de los hábitos, para que el cuidado y la limpieza de las calles de nuestros pueblos en la República Dominicana sea parte de la cultura de todos.

La otra iniciativa transformadora es la red de mini-bibliotecas de la que ya hemos hablado en este blog en más de una ocasión. También se trata de transformar la cultura promoviendo el hábito de lectura sobre todo en los más pequeños: aunque no cabe duda que una minoría de población más cultivada tiene esta afición, la mayor parte de los adultos y niños no dedican apenas tiempo a la lectura (de hecho muchos no tienen casi libros en sus casas). El objetivo es que leer sea una actividad cotidiana, parte de la cultura con la que crecerán los niños. 

Si somos mujeres y hombres en constante transformación, aceptemos el desafío de toda transformación cultural que nos lleve a una vida más digna y más plena. ¡Vale la pena!

 


Lunes 21 Septiembre 2015

María José Morales, desde la Comunidad de San Pablo en Meki, nos cuenta:

“Acabamos de celebrar en Etiopía la fiesta del «Enkutatash» o Año Nuevo, siete años por detrás del calendario del mundo occidental. Coincide normalmente con el 11 de septiembre del calendario juliano, pero este año por ser bisiesto se aplazó un día la celebración y tuvo lugar el día 12.

La fiesta está tradicionalmente vinculada al final de la temporada de lluvias, que lamentablemente este año han sido muy escasas, por lo que se prevé que en los próximos meses las cosechas van a ser insuficientes. A pesar de ello la celebración de fin de año tuvo lugar por la noche con tambores y cantos alrededor de un gran fuego, y con alegría y peticiones de lluvia en el inicio del nuevo año. Desde Meki os deseamos a todos un ¡Muy feliz año 2008!”
 
 
 

 


Miércoles 16 Septiembre 2015

Con el fin de erradicar el analfabetismo en la colonia Jardines de San Juan Ajusco (México), el Centro Comunitario de Desarrollo Infantil San José, de forma paralela con el nuevo ciclo escolar 2015-2016 lanza el programa “Mis Primeras Letras”. Este programa tendrá como principales ejecutores a jóvenes de la Universidad Tecnológica (UNITEC), como parte de su Servicio Social, y se dirige en horario sabatino a mujeres y a hombres de la zona.


 

El programa surge debido a los altos índices de analfabetismo entre la población de Jardines de San Juan Ajusco. Los jóvenes universitarios dedicarán su servicio social a lograr un avance y crecimiento en relación a esta necesidad básica, y así, colaborar para que la comunidad tenga una herramienta más para progresar.

Sentimos que con este programa damos una herramienta importante a los adultos, quienes tienen el derecho de encontrar mejores oportunidades para cambiar su vida. Queremos que en ellos despierte el entusiasmo por aprender y que estén convencidos de que su esfuerzo valdrá la pena.

Por otro lado, los jóvenes universitarios que participan con su servicio social experimentan el bello sentimiento de recibir cuando uno está del otro lado del pupitre, de recibir aun cuando uno es el profesor, de recibir de gente humilde y vulnerable. Y al mismo tiempo devolver a la sociedad parte de lo mucho que recibieron de ella.
 
 

 


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