Centro-pueblo-Comunidad-San-Pablo

Titular noticias

Martes 12 Marzo 2019

Con el comienzo del curso escolar han arrancado los diversos programas educativos de la Comunidad de San Pablo en el centro de desarrollo comunitario Casa Garavito de Bogotá




 
En Colombia el calendario escolar va de febrero a noviembre, de modo que las vacaciones más largas de los estudiantes, que en otros países son en julio y agosto, aquí tienen lugar en diciembre y enero. Con el inicio del curso académico en los colegios y universidades de todo el país, también hemos dado inicio a los diversos programas educativos que funcionan en el Centro de Desarrollo Comunitario Casa Garavito, que la Comunidad de San Pablo tiene en el barrio El Pesebre del sur de Bogotá.
 
Este año hemos abierto dos grupos de estudiantes nuevos en el taller de Corte y Confección. Sumando las personas que se han inscrito para empezar de cero y las que siguen su formación del año anterior, ya son 50 (en su gran mayoría mujeres, aunque también las acompañan algunos hombres) las que participan de estos cursos.
 
El primer sábado de febrero ya dio inicio, también, la educación para el grupo de adultos mayores del barrio que han venido recibiendo clases de cultura general desde el 2017. Nos alegra mucho poder informar que este año se han añadido varios estudiantes nuevos a este programa, siendo hoy casi veinte los abuelos y abuelas que se reúnen, bolígrafo y papel en mano, todos los sábados en casa Garavito.
 
También las clases de guitarra para niños y jóvenes han comenzado a buen ritmo (nunca mejor dicho). Por otro lado, estamos inscribiendo niños de 6 a 15 años para un nuevo programa, en este caso de clases de Inglés Básico, que empezará en abril. Este será, sin duda, un buen complemento al resto de programas, y mucha gente ha mostrado interés en él.
 
Desde Casa Garavito (que también acoge programas pastorales de la parroquia La Resurrección, como un taller bíblico semanal y un grupo juvenil) seguimos coordinando nuestro programa de becas universitarias. En 2019 estaremos colaborando a 22 estudiantes del barrio, para que con nuestra asistencia puedan continuar sus estudios universitarios.  
 
Finalmente, una iniciativa nueva de la Comunidad de San Pablo en Bogotá para este 2019 es que hemos dado inicio a una colaboración con una fundación local (“Solidaridad, Fuerza de lo Pequeño”) que desde hace años atiende a personas con discapacidad del barrio La Resurrección. La ayuda de la Comunidad de San Pablo permite que estos jóvenes y adultos discapacitados cuenten con actividades organizadas para ellos tres días por semana. Nos alegra sobremanera poder poner nuestro granito de arena también para su bienestar y desarrollo personal.

 


 

Martes 19 Febrero 2019

La Parroquia La Sagrada Familia, atendida por la Comunidad de San Pablo, recibió recientemente la visita de los padres Curt Frederic y James Lobacz, vicarios generales de la Arquidiócesis de Milwaukee, que viajaron a la República Dominicana acompañados por el Padre Tim Kitzke, miembro de la Junta de Personal y rector de varias parroquias en la ciudad de Milwaukee.
 
Su visita fue motivada por el deseo del arzobispo Jerome Listecki de que el liderazgo de la arquidiócesis conozca a fondo su parroquia hermana en la República Dominicana. En pocos días visitaron distintas comunidades rurales pertenecientes a la parroquia, así como varios programas sociales que la Comunidad de San Pablo coordina en la región: centro de salud, centros educativos infantiles, proyectos agua y de letrinas, entre otros. También concelebraron en la misa dominical en Sabana Yegua, y finalmente pudieron conocer otro futuro proyecto de la Comunidad de San Pablo en Barrera, el Eco-hotel Altos de La Caobita. Agradecemos su visita y el apoyo a La Sagrada Familia y a la Comunidad de San Pablo que desde hace tantos años recibimos desde Milwaukee.


 

Miércoles 13 Febrero 2019

Proyecto de reforestación como alternativa al cambio climático en la provincia de Cochabamba (Bolivia)

 


Desde el municipio de Vacas, en Bolivia, Aniceto Arroyo nos escribe el siguiente testimonio:
 
Hace 14 años que la Comunidad de San Pablo está involucrada en distintos proyectos de desarrollo en las zonas altas de este municipio de Vacas. Uno de ellos es la iniciativa de reforestación en diez comunidades. El cambio climático ha reducido las cosechas de tubérculos andinos típicos de la zona, produciendo una gran migración de los campesinos a las ciudades, donde suelen convertirse en mano de obra mal pagada.
 
El proyecto de reforestación en Vacas, a través del cual se han plantado cien hectáreas con más de 50.000 plantines de pino, es una iniciativa a largo plazo que pretende aportar madera para construcción y para el uso en el hogar.
 
Los líderes comunitarios han jugado un papel muy importante en este proceso. El joven David, por ejemplo, se involucró en él desde sus 12, años y ha sido uno de sus pilares. Hace unos días nos alegró saber que el municipio de Vacas reconocía el valor del proyecto como alternativa de futuro para sus familias, y que por ese motivo el municipio propone duplicar la producción, incluyendo a 120 familias en su desarrollo. La propuesta se presentará al gobierno nacional, que tiene recursos para el medio ambiente provenientes de la Unión Europea. En este marco, el municipio ha escogido al joven David como técnico para llevar adelante el proyecto durante los tres próximos años. Entienden que una persona externa no se involucraría de la misma manera que este joven comunitario, que tiene una gran experiencia de producir plantines por encima de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
 
David, que lleva diez años siendo el alma de este trabajo comunitario, a pesar de no haber terminado los estudios secundarios, será parte de este cambio que sigue llegando a la zona. La comunidad se siente orgullosa de su logro y está segura de que realizará un gran papel en llevar adelante el proyecto. Deseamos que en unos años no haya solo un David, sino muchos, ayudando en estas zonas de altura necesitadas de alternativas para lograr una vida digna.


 

Martes 22 Enero 2019

Un grupo de médicos y voluntarios de Wisconsin visitan Sabana Yegua y atienden a más de mil personas en una semana

 

Juan Manuel Camacho, desde Sabana Yegua (República Dominicana) nos hace llegar esta noticia:
 
«Desde el 6 al 13 de enero tuvimos la tradicional visita del grupo de feligreses de la parroquia de Saint Mary, en Kenosha (Wisconsin, EE. UU.), para la anhelada campaña oftalmológica de cada año. Esta vez pudieron llevar a cabo 110 cirugías (de cataratas y pterigium) en el hospital Taiwan, y revisaron la vista de más de 900 personas, proveyendo con lentes a todos los que los necesitaron. Durante la semana en que nos visitan los oftalmólogos, las instalaciones de la parroquia se convierten en un campo médico donde se revisan las personas, y se las prepara para las cirugías.

 Esta campaña es una excelente oportunidad para que voluntarios dominicanos de la comunidad local y los voluntarios de Estados Unidos compartan experiencias, trabajo y compañerismo, estrechando lazos de amistad entre los unos y otros. Desde aquí agradecemos la entrega de todos los voluntarios que hacen posible que este operativo anual sea fructífero. 2019 ha sido el decimocuarto año consecutivo en que lo hemos podido realizar. ¡Gracias, amigos de Kenosha!»


 

Martes 15 Enero 2019

Recuerdo que hace ya algunos años se hizo famosa una canción de un anuncio de lotería, decía así: “Es la ilusión de todos los días, es compartir el cupón de la ONCE”. La ONCE, Organización Nacional de Ciegos de España, es una entidad muy conocida por sus cupones de lotería, y de su recaudación se ven favorecidas múltiples actividades en favor de este colectivo. Me vino a la memoria esta canción pensando en nuestra realidad de República Dominicana. Por todo el país, un país en el que el 6% de la población vive en una pobreza extrema y el 29% en pobreza moderada,[1] llama la atención la cantidad desproporcionada de bancas de lotería, que podemos encontrar en cualquier rincón, incluso en los pueblos más aislados y desfavorecidos. Se calcula que hay 154 bancas de lotería por cada escuela pública en la República Dominicana[2].
 
Es tan difícil alcanzar los grandes sueños con el trabajo y el esfuerzo del día a día que muchas personas optan por disfrutar del presente, y lo hacen instalando en su casa una antena parabólica para poder ver telenovelas, o entregándose al alcohol durante el fin de semana, o celebrando fiestas en momentos especiales, tirando la casa por la ventana. Un recurso más es la lotería: con un poquito de dinero se puede soñar en alcanzar un enorme premio. Lo lamentable, por supuesto, es que este poco dinero, si se va gastando todos los días, termina representando un gasto muy importante (y convirtiéndose a menudo una adicción).
 
Uno podría desesperarse intentando comprender cómo se despilfarra en un juego de azar el poco dinero que se obtiene del trabajo, en lugar de emplearlo mejor, cubriendo las necesidades básicas de la familia. Sin embargo, siempre hay que ponerse en la situación de los demás para intentar comprender. Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo, en su libro «Poor economics»[3], observan que precisamente las cosas que hacen la vida menos aburrida son una prioridad para los más pobres, quienes muchas veces toleran su destino en lugar de enfurecerse contra él. Así, en vez de reducir caprichos y concentrase en necesidades, a menudo actúan al revés. Son indulgentes con ellos mismos porque quizás son escépticos sobre sus oportunidades reales y sobre la posibilidad de un cambio radical en sus vidas (¡y es obvio tienen motivos sobrados para este escepticismo!). Se preguntan si vale la pena sacrificarse por un improbable cambio que, además, puede tardar demasiado en llegar.
 
En todo caso, a propósito de las loterías, la realidad es que en República Dominicana su gran proliferación perjudica de forma muy especial a los estratos socioeconómicos más bajos. El Obispo de San Juan de la Maguana, Monseñor José Grullón, promueve desde el púlpito el ahorro y la organización económica familiar como manera de luchar contra la pobreza. En sus homilías ha subrayado muchas veces que el único que se hace rico con las bancas de lotería es su dueño. ¡Cuánta razón tiene!
 
Ojalá que la verdadera “ilusión de todos los días” no sea la de un premio más que improbable, que mientras no llega daña las economías familiares, sino la ilusión de capacitarse, de que los hijos estudien, de conseguir un trabajo e ir construyendo un cambio real para un futuro mejor.


[1] Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2016)
[2] https://www.eldinero.com.do/42177/hay-154-bancas-de-loteria-por-cada-escuela-publica
[3] Poor Economics, Abhijit V. Banerjee and Esther Duflo, Public Affairs, New York, 2011, p. 37-38

 

Feed RSS de noticias

Archivos del blog









Contacto

1505 Howard Street
Racine, WI 53404, EE.UU.
racine@comsp.org
Tel.: +1-262-634-2666

Ciudad de México, MÉXICO
mexico@comsp.org
Tel.: +52-555-335-0602

Azua, REPÚBLICA DOMINICANA
azua@comsp.org
Tel. 1: +1-809-521-2902
Tel. 2: +1-809-521-1019

Cochabamba, BOLIVIA
cochabamba@comsp.org
Tel.: +591-4-4352253

Bogotá, COLOMBIA
bogota@comsp.org
Tel.: +57-1-6349172

Meki, ETIOPÍA
meki@comsp.org
Tel.: +251-932508188