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Martes 20 Septiembre 2016

Un autobús para 23 estudiantes facilita que jóvenes de Totora Pampa (Bolivia) estudien sin impedimentos


Desde hace un tiempo, el camino a su escuela es más corto: estudiantes de Totora Pampa, en el altiplano de Cochabamba, que hasta hace unos meses tardaban dos horas andando de sus hogares a sus aulas, ¡ahora solo tardan 30 minutos en llegar! Se trata de jóvenes que únicamente podían acceder a la escuela secundaria con este gran esfuerzo, haciendo una caminata insegura y cansada, de diez kilómetros de ida y diez de regreso a 3.500 metros de altura, especialmente peligrosa para las muchachas. En el duro clima de la zona, hasta un simple resfriado dificultaba la caminata de los jóvenes hacia la escuela secundaria.
 
Para hacer frente a esta problemática hablamos con la comunidad de la posibilidad de contratar un autobús que realizara dicho trayecto, y este sueño se logró: se consiguió la contratación de un autobús para 23 estudiantes, al que cada familia aporta su cuota. Gracias a este servicio, ahora los muchachos pueden llegar con comodidad y seguridad a la escuela. Asimismo, pueden ahorrar mucho tiempo para dedicarlo al estudio o a otras labores domésticas, siempre necesarias en familias donde cada mano cuenta. A la escuela, sí… ¡pero en autobús, por favor! 

 
 

Martes 6 Septiembre 2016

Inicio del curso en el Centro Educativo San José, Jardines de San Juan Ajusco, México

 
 

Todo listo en el Centro Educativo San José para el inicio del curso, con un mural de bienvenida y las aulas muy arregladas y decoradas para recibir a los niños. Este año hemos elegido nombres de frutas para poder identificar a los niños en sus distintos grupos de pre-escolar: Maternal - Las Piñas, P1 - Las Moras, P2 - Las Sandías y P3 - Las Uvas, con dibujos de las frutas correspondientes en las puertas y las ventanas de cada aula.

Abrimos las puertas para la entrada de los niños, con sus batas nuevas y limpias y sus mochilas. Muchas caras nuevas y otras que conocemos de años anteriores. Les acompañan los padres, abuelos, tíos, hermanos, en algunos casos parece que ha venido la familia completa a presenciar este evento tan importante para los pequeños: ¡su primer día de clase!

Las educadoras empiezan a recibir a los niños, muchos de ellos, que ya estuvieron en el centro los años anteriores, felices con sus sonrisas de volver a encontrarse con su maestra y con sus amigos. Para los nuevos es un momento muy difícil, al darse cuenta que van a estar solos entre tantos desconocidos. Entre gritos y llantos se quedan en la escuela viendo alejarse a sus únicos amigos hasta entonces (sus papás). Con algo de trabajo, intentando calmarlos, sin darse mucha cuenta empiezan a integrarse con los demás, a hablar entre ellos, a jugar, cantar, bailar, correr y saltar.

Llega la hora de descanso, salen los niños a jugar en el patio, casi todos ya integrados con sus compañeros, uno o dos pegados a la maestra como única referencia conocida, mientras reciben una colación de fruta que ninguno rechaza.

La música, los juguetes de colores, todo son factores que ayudan en la adaptación de los niños en nuestras aulas. También se les olvida la ansiedad a la hora de las comidas, cuando algunos se calman por completo y ya no vuelven a llorar. Con la dedicación de las educadoras, los niños que entraron a gritos llorando y con miedo, terminan pasando un hermoso primer día de escuela.

Toda la primera semana de inicio de curso nos dedicamos a la adaptación, que nos ayuda a integrarnos mutuamente tanto con los padres, como a educadoras y alumnos, aunque es cierto que la adaptación no termina ahí, y que siempre estamos creciendo en nuestra convivencia a lo largo de todo el año.

En el centro San José hemos iniciado un nuevo curso, una nueva aventura para 110 niños y niñas en edad preescolar, todos ellos procedentes de familias vulnerables del barrio Jardines de San Juan Ajusco: es una aventura, también, para sus familias y para el equipo de la Comunidad de San Pablo que les acompañamos en su desarrollo.

 


 

Martes 30 Agosto 2016

Centros educativos infantiles en Sabana Yegua celebran graduaciones

 
 

Los centros educativos infantiles de Sabana Yegua están de graduaciones en estos días. Los niños y niñas de los tres centros de la parroquia La Sagrada Familia (San Agustín en Sabana Yegua, La Divina Misericordia en El Alto y Nuestra Señora del Carmen en Los Negros) han celebrado el fin de curso y la graduación en sus respectivos niveles. Las fiestas estuvieron repletas de actividades y de diversión para los niños, animados por un grupo de payasos de la pastoral juvenil de la parroquia.
 
Quizá a alguien le parezca una costumbre un poco extraña, o incluso una exageración fuera de lugar, que se “gradúen” los niños en un centro educativo infantil a los cinco años. Sin embargo, en este contexto socioeconómico, consideramos que es importante, para fortalecer la autoestima y la toma de conciencia de su propia dignidad por parte los niños, celebrar sus pequeños logros junto a sus padres y profesores. Es, en definitiva, una oportunidad para compartir en familia e integrar a los papás en la educación de sus hijos. En una zona donde las posibilidades son mínimas y las carencias económicas abismales, celebrar el pequeño logro de un niño en sus primeras etapas formativas es sembrar esperanza y la certeza de que se pueden obtener también logros más grandes en la vida.
 
Es por eso que en nuestros centros hemos graduado recientemente a 42 niños y niñas, que ahora pasarán a la educación formal del Estado en el nivel de inicial. En nuestra zona son todavía muy pocos los niños que reciben educación pre-escolar. Así que nuestros niños tienen ventaja: llegan a la escuela con mucha ilusión, porque ya perdieron el miedo a las aulas y tienen el hábito de ir al centro educativo; asimismo, estos niños obtendrán mejores resultados en el nivel inicial y en la primaria porque ya parten de una buena base. Nos enorgullece poder brindar a las 130 familias que componen este programa la atención educativa, nutricional y de salud necesarias para sus hijos.
 
Agradecemos a todos nuestros colaboradores y benefactores el apoyo que ofrecen a los centros educativos infantiles, compartiendo estos pequeños logros. 


 

Martes 23 Agosto 2016

La Comunidad de San Pablo abre una sala de refuerzo escolar en el barrio Pesebre de Bogotá

 

Desde el pasado mes de enero, miembros de la Comunidad de San Pablo trabajamos en la parroquia La Resurrección, ubicada en el sur de Bogotá. El territorio parroquial comprende los barrios La Resurrección, Granjas de San Pablo y Pesebre: se trata de sectores populares de la capital colombiana, de clase trabajadora, mayoritariamente de estrato 2 en la clasificación socioeconómica de la ciudad de Bogotá (que cataloga los barrios de la ciudad de 1 a 6, siendo 1 el de menos recursos y 6 el más acomodado).
 
Estos sectores enfrentan una notable variedad de retos, desde el hacinamiento de personas en viviendas de poca calidad a las dificultades de las familias por obtener buenos servicios de salud, desde las pocas oportunidades laborales para los jóvenes a la situación de abandono de muchos ancianos… sin embargo, escuchando en diversos encuentros y reuniones a la población de estos barrios, pronto hemos comprobado que un problema preocupa a sus habitantes más que ningún otro: la inseguridad que se vive en sus calles, directamente relacionada con el consumo de substancias estupefacientes por parte de muchos jóvenes, que delinquen para obtener recursos para luego poder consumir drogas. La drogodependencia (a su vez vinculada, obviamente, a la falta de oportunidades que enfrentan aquí muchos jóvenes) es una auténtica epidemia en estos barrios, en los que todo el mundo reconoce la presencia de varias “ollas” (puntos de venta de droga a través de los cuales las redes del narcotráfico distribuyen su producto en las calles de la capital).
 
Muchas personas nos han hablado de un nuevo y dramático motivo de preocupación: el aumento del consumo de droga entre niños de edades cada vez más tempranas. Si hace unos años los que caían en la drogodependencia eran generalmente jóvenes de dieciséis años para arriba, la necesidad por parte del narcotráfico de ir expandiendo la venta de estas substancias ha hecho que ahora sea común que niños y niñas de nueve, diez y once años ya empiecen a consumirlas.
 
Sin dejar de reconocer la magnitud del problema y que todos nuestros esfuerzos serán tan sólo una gota de agua en medio de un océano de tremendas proporciones, nos planteamos qué hacer para ayudar, ni que sea de forma muy modesta, a frenar esta tendencia. Y nos propusimos ofrecer clases de refuerzo escolar, por las tardes, en los locales de la parroquia del barrio Pesebre. Empezamos a finales de julio: quince niños de entre 8 y 12 años se inscribieron el primer día, y esperamos que esta labor vaya creciendo. Parte del problema es que muchos niños que van al colegio por la mañana, cuando llegan a sus hogares a las dos o tres de la tarde se encuentran que sus padres no están, pues trabajan —muchos hasta tarde en la noche. Esos niños, entonces, no tienen a nadie que les ayude a hacer sus tareas escolares ni que les impida salir y deambular por las calles hasta el anochecer, lo cual, obviamente, facilita que acaben cayendo en las redes del consumo. Nuestra propuesta es muy simple: ofrecer un espacio en el que estos niños puedan llegar al salir del colegio, y donde se les ayude a avanzar en sus estudios, con refuerzo escolar y sala de tareas, y de ese modo, quizá, evitar que la drogodependencia se adueñe de sus vidas. Acabamos de empezar. ¡Ojalá sea un proyecto de larga duración que dé sus frutos!


 

Martes 16 Agosto 2016
Recientemente el Presidente de la República Dominicana, el Sr. Danilo Medina, estuvo en la zona de Azua para entregar títulos de propiedad de terrenos a 2.500 familias. Los beneficiarios de un proyecto agrícola de los años 70 vieron así finalmente regularizada la situación de sus parcelas y viviendas. El P. Esteban Redolad, miembro de la Comunidad de San Pablo y párroco de La Sagrada Familia en Sabana Yegua, fue invitado a bendecir el acto. Compartimos en este espacio algunas de las palabras que Esteban ofreció en tal ocasión ante el Sr. Presidente y todos los presentes:

«Qué duda cabe que uno de los aspectos más importantes que contribuyen a dignificar a la persona y a la familia es tener un espacio propio que pueda llamar hogar.

Dios nos bendice hoy porque dignificando las familias con un hogar propio, recordamos la dignidad que Dios da a cada uno de sus hijos e hijas. Una dignidad que no se amerita, ni se gana, una dignidad que no se merece, sino que cada uno tiene por el mero hecho de ser persona, de existir.

Y es ante Dios que tenemos un reto, el reto de ser personas dignas y sobretodo, dignificantes, personas que demos dignidad a los demás. El mismo Jesús restableció la dignidad de la mujer adúltera, cuando en una sociedad machista un grupo de hombres estaban dispuestos a acabar con su vida a pedradas de forma injusta e humillante. Es Jesús mismo, que nos pide como líderes religiosos, comunitarios o políticos, y como esposos y esposas, como madres o padres, que seamos herramientas para que nuestra misión sea la de dignificar a los demás.

Dignificar es dar legalmente la propiedad de una casa a una familia. Dignificar es construir carreteras para una mejor y más segura comunicación.

Dios nos ama a todos y nos da a todos la misma dignidad, pero nosotros nos encargamos demasiado a menudo de arrebatársela a los demás. La dignidad se destruye con dádivas, fomentando la dependencia y el paternalismo, la ignorancia, priorizando el amiguismo y practicando el hermetismo y la falta de transparencia. En cambio, se construye dignidad creando oportunidades, dando herramientas, pero sin obligar a nadie, sin chantajes y sin miedos, dejando que cada uno elija.

Dios nos mira directamente al corazón, no al color de piel, ni a la cartera, ni a la belleza externa, sino a nuestra capacidad de amar y de ser generosos y hoy está aquí presente entre nosotros, y está contento. Porque hoy estamos construyendo dignidad, trabajando por la dignidad y el respeto a los demás, sean del color que sean, del partido o de la orientación que sean.

Ninguna persona tiene más valor que otra. Jesús nos dice que el primero tiene que ser el servidor de todos, porque es solo en el servicio de los demás que nos dignificamos. Y ya sea en política, en la Iglesia, en una junta de vecinos o en cualquier organización humana, el cargo que una persona ejerce no es para disfrutar de privilegios o para su beneficio personal sino para asumir mayor responsabilidad en el servicio a los demás.

Para Dios, y ojalá que para todos, los más importantes no son las autoridades políticas, ni lo líderes religiosos, ni la jerarquía eclesiástica, los más importantes son los niños indefensos, los padres de familia que trabajan duro para que su familia no vaya a dormir con hambre, las mujeres maltratadas, las madres solteras, muchas de ellas adolescentes, los ancianos abandonados por sus propios hijos y familiares, o los encarcelados que viven no sólo privados de libertad sino también de los más fundamentales derechos humanos. Los más importantes son, en definitiva, todos aquellos que, por razones económicas, culturales, sociales, religiosas o políticas son discriminados y apartados de la sociedad.

Te pedimos, Señor, que cada uno de nosotros sepamos multiplicar esta bendición como líderes políticos o como ciudadanos, y que no midamos nuestro éxito en dinero, ni en estatus social, ni en votos sino en nuestra capacidad de dignificar a los demás.»

 

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