Hace ya más de dos años que en la Comunidad de San Pablo nos propusimos llevar agua potable a las 16.000 personas que viven en la población de Wonji, en Etiopía. Hoy podemos celebrar que ese sueño se ha hecho realidad.
En la primera fase del proyecto se compró e instaló una bomba de agua en un pozo cercano al río Awash y se construyó un depósito para almacenar el agua bombeada. En la segunda fase se realizaron los trabajos de canalización de 4.400 metros de tuberías desde el depósito hasta el pueblo de Wonji. Durante el pasado mes de septiembre se construyeron dos fuentes públicas en el pueblo y se formó un comité de agua, al que se dio capacitación para encargarse del mantenimiento, reparación de las infraestructuras y administración del suministro de manera adecuada para todos los habitantes de Wonji.
Finalmente, con gran expectación por parte de la comunidad, se inauguraron las fuentes. Es difícil expresar con palabras la alegría de la gente al ver cómo salía el agua tan esperada. Hoy todos hablan en el pueblo de que hubo un antes y un después, desde el momento en que las familias pudieron tener acceso al agua cerca de sus viviendas: sus vidas cambiaron, y nos alegramos inmensamente con ellos por tal logro.
En la primera fase del proyecto se compró e instaló una bomba de agua en un pozo cercano al río Awash y se construyó un depósito para almacenar el agua bombeada. En la segunda fase se realizaron los trabajos de canalización de 4.400 metros de tuberías desde el depósito hasta el pueblo de Wonji. Durante el pasado mes de septiembre se construyeron dos fuentes públicas en el pueblo y se formó un comité de agua, al que se dio capacitación para encargarse del mantenimiento, reparación de las infraestructuras y administración del suministro de manera adecuada para todos los habitantes de Wonji.
Finalmente, con gran expectación por parte de la comunidad, se inauguraron las fuentes. Es difícil expresar con palabras la alegría de la gente al ver cómo salía el agua tan esperada. Hoy todos hablan en el pueblo de que hubo un antes y un después, desde el momento en que las familias pudieron tener acceso al agua cerca de sus viviendas: sus vidas cambiaron, y nos alegramos inmensamente con ellos por tal logro.
